La Música es vida

30.01.2017

Desde hace miles de años, quizás no se sepa cuando, se ha podido disfrutar de una de las creaciones más sanas, más bonitas y más limpias que ha inventado el hombre: la música. 

Sus beneficios en la persona son innumerables y en determinadas personas que cursan algún tipo de problemática emocional, psicológica, social, familiar etc, puede ser la herramienta que calme ese estado negativo y deje fluir aspectos que por sí mismo/a la persona no manifestará. 

En Terapia Ocupacional es una de nuestras grandes aliadas pues se demuestra que su uso disminuye estados de agitación provocados en algunas enfermedades o patologías, mejora el estado anímico y puede ayudar a recordar.

La elección de cada pieza musical no puede ser aleatoria. Con cada canción se pretende que la persona exprese o muestre algo determinado, por lo que cada sesión de música debe de estar pensada y monitorizada. No es poner la radio y dejar  la música sonar.

Como recursos que se necesitan para que el uso de la música sea terapéutico se precisarían mp3, cascos, equipo de música y un programa para descargar música. 

 Desarrollamos entonces algunos de los beneficios que encontramos tras su uso:

Previene enfermedades del corazón

La música puede ayudarte a reducir la ansiedad o el estrés.

De hecho, se ha demostrado que reduce el estrés y ansiedad asociados con enfermedades del corazón.

Escuchar música reduce la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea y la ansiedad en enfermos del corazón.

Mejora la inteligencia visual y verbal

Tocar un instrumento mejorará tus habilidades visuales y verbales.

Induce emociones placenteras

Esto no es nada nuevo, pero te sorprenderá que la música triste también eleva el estado ánimo. De acuerdo a un estudio publicado en 2013, se disfruta la música triste porque provoca una mezcla de emociones, algunas positivas y otras negativas.

En palabras de los propios autores:

"Los resultados revelaron que la música triste fue percibida como más trágica, mientras que las experiencias de los participantes que escuchaban la música triste era de sentimientos románticos y alegres. Por tanto, los participantes perciben emociones ambivalentes cuando escuchan la música triste."


Mejora las relaciones personales

Puede ser el hilo conductor para entablar nuevas relaciones y así mejorar la comunicación verbal.

Puede mejorar la memoria

Disfrutar de la música fomenta la liberación de dopamina en el cerebro, la cual esta ligada a la motivación y esta está implicada en el aprendizaje y en la memoria.

Se ha demostrado que los pacientes que escuchan música mejoran significativamente la memoria verbal y en la focalización de la atención.

Ver mejor a los demás

De acuerdo a un estudio de la Universidad de Londres, escuchar música durante 15 segundos puede cambiar la forma en que se juzga la cara de otras personas.

Escuchar solo un poco de música animada, hace que se perciban las caras como más felices. Lo mismo ocurre con la música triste: al escuchar música triste, percibimos las caras de los demás como más tristes.

Por tanto, las personas proyectan el ánimo de la música que escuchan a las caras de las personas.

Retrasa el envenjecimiento cerebral

Se ha demostrado que escuchar o tocar música en la madurez puede ayudar a retrasar el envejecimiento cerebral y a mantenerlo sano. También se espera que mejore la memoria.

Mejora la calidad del sueño

Algunos de los problemas comunes que interfieren con el sueño son el estrés y la ansiedad. Debido a que la música mejora ambos, la investigación ha demostrado que escuchar música a ciertas horas promueve la calidad del sueño.


Reduce el dolor

La música puede reducir el dolor percibido, especialmente en cuidados geriátricos, intensivos o paliativos.

Parece que el impacto de la música en los niveles de dopamina podría ser una de las causas de esta reducción del dolor.

Puede ayudar a aprender mejor

Helen Neville y otros investigadores realizaron una intervención en 2008 con niños de tres a cinco años para ver efectos de la música como programa de apoyo académico.

Los resultados mostraron que la música como herramienta de apoyo académico es igual de poderosa que el apoyo individualizado, siendo la diferencia fundamental el efecto lúdico ofrecido por la música frente al apoyo individualizado.