Terapia Ocupacional e intervención en drogodependencias

23.11.2016

Hoy en día existen muchos tratamientos o métodos orientados a ayudar a personas que por diversas circunstancias han estado en contacto con drogas. Y eso, querido lector, es algo que todo el mundo ha experimentado o lo hará a lo largo de su vida. 

El abuso de las diferentes sustancias, por sus enormes implicaciones individuales y familiares, supone un gran problema social y humano que ha acarreado consecuencias como el aumento del número de delitos, accidentes laborales, de tráfico, enfermedades de transmisión, exclusión social, etc. Actualmente vivimos en unasociedad enferma que cae en garras de sustancias para poder sentir "algo" dentro de tantas exigencias que nos presenta la vida. Ante la situación de preocupación sanitaria y social creciente a causa del problema de la dependencia al alcohol unido a todo tipo de sustancias, he pensado que debo poner mi granito de arena y ayudar a quienes crean que es posible empezar y poder convivir con esos viejos fantasmas a base de esfuerzo y armonía.

El objetivo de estas líneas, es mostrar un plan de tratamiento de Terapia Ocupacional y algunos de los recursos disponibles que junto con una buena red de apoyo puede ser eficaz para ayudar a un colectivo muy amplio que necesita que le echen un cable.

Mostraré lo que bajo mi experiencia puede ser un método que promovió mi calidad de vida y te puede ayudar también a ti. La Terapia Ocupacional es una figura profesional poco conocida y en la mayoría de las ocasiones, malinterpretada. Siendo su objetivo básico y fundamental conseguir la independencia de la persona.

CONCEPTOS BÁSICOS

Droga: sustancia que administrada al organismo estimula, inhibe o perturba las funciones psíquicas, la salud y que pueden generar dependencia.

Dependencia: estado psicofisiológico caracterizado por la necesidad del individuo de consumir droga para superar un malestar psíquico, físico o somático. La dependencia no tiene porque ser a droga.

Policonsumo: consumo habitual de diversas drogas con diferentes potencialidades adictivas. Existen dependencias difusas a diversas sustancias en la práctica clínica.

Las personas dan función a las cosas con las que se relacionan. La dependencia no está siempre asociada a la droga, y existen dependencias sin clasificación.

Nunca ha existido una sociedad sin drogas. Han acompañado al hombre a lo largo de la historia, lo que da datos acerca de la naturaleza del hombre.

Prevención: en términos comunes, nos referimos a intervenir antes de que aparezca algo de consecuencias negativas. Es un conjunto de acciones y medios. Existen diferentes tipos de prevención:

  • Prevención primaria: eliminación o reducción máxima. Es subjetiva.
  • Prevención secundaria: asistencia y tratamiento en los estados iníciales, lo antes posible y en el menor tiempo. En la práctica, algunos autores consideran que la detección precoz es el primer paso de la prevención secundaria, mientras otros piensan que debe ser el último de la primaria.
  • Prevención terciaria: trata de paliar las secuelas de una enfermedad o trastorno. Su objetivo es la normalización social. El proceso terapéutico o tratamiento tiene 3 fases:
  •  Desintoxicación: busca que la persona supere la dependencia física. Aborda técnicamente el síndrome de abstinencia. Todas las drogas provocan dependencia psíquica, pero no todas producen dependencia física.
  •  Deshabituación: se encamina a vencer la dependencia psíquica.
  •  Reinserción social: progresiva integración o inserción del sujeto en el medio familiar y social, tratando de lograr una vida normalizada, autónoma y responsable. Es preferible el término de inserción, ya que reinserción hace referencia a volver a integrar, y algunos de estos sujetos nunca lo estuvieron.

Tolerancia: está ligada a la dependencia física, ya que el organismo busca la homeostasis, incluido cuando se le incorpora una sustancia extraña.

Síndrome de abstinencia: ligado a la dependencia física, que se resuelve más fácilmente que la dependencia psíquica. 

TIPOLOGÍAS DE CONSUMO

1) Consumidor experimental: el que toma una sustancia por primera vez.

2) Consumo esporádico: se da a partir del experimental. Se produce por factores del ambiente ajenos a la persona.

3) Consumidor ocasional

4) Consumidor episódico: Algunos autores agrupan estos dos tipos de consumidores. Emplean las drogas en determinadas situaciones, para aspectos sexuales, etc. Sin las drogas, la situación no se desenvuelve igual, ya que funcionan como un refuerzo. Comienza a ser problemático el uso de las drogas. No implica una adicción estructural, pero si un refuerzo psicológico.

5) Consumidor problemático: lo anterior, además de que el consumidor tiene problemas para hacer convivir sus hábitos de consumo con su vida normal. Ya es un caso problemático.

6) Consumidor social: emplea las drogas para abordar determinadas situaciones, de ocio, estrés, o una parte de sus relaciones sociales se vehiculiza mediante las drogas. Es problemático.

7) Consumidor habitual: las drogas interfieren gravemente en su vida y obligaciones.

8) Consumidor dependiente: la droga es el motor de la vida del consumidor, y se sitúa antes que cualquier otra cosa. 

MODELO DE ESTADIOS DE CAMBIO:

Toxicómano: consumidor continuado y problemático de drogas, cuya conducta está arraigada a su personalidad, a diferencia de los drogodependientes, su consumo se asocia a otros factores, como los de tipo ambiental. Es muy complicado que un toxicómano abandone la droga.

El modelo plantea la gestión del tiempo valorando las situaciones reales. Es independiente del tipo de droga.

Establecen la valoración de la autopercepción del sujeto en relación a su adicción. En función de la conclusión que se saca, se le sitúa en 1 estadio, y en función de éste, se procede. Se trata de un modelo de base sencilla 

FASE 1: Precontemplación

Características

• El sujeto no cree tener ningún problema, o piensa que lo tiene tan grande que le sobrepasa.

• Actitud defensiva; no planea el cambio, al menos en 6 meses.

Estrategias: 

• Información sobre como se encuentra.

• Favorecer la autoeficiencia; creencia en la capacidad de cambio. 

FASE 2: Contemplación

Características 

• Ambivalencia ante el consumo; reconoce que tiene un problema pero no se compromete a corregirlo.

• Abierto a información y sugerencia de cambio.

• Intención de cambio a largo plazo, pero sin concretas.

Estrategias 

• Ayudar a desarrollar habilidades para el cambio.

• Ayudar a organizar el plan de cambio.

• Ofrecer material de apoyo. 

FASE 3: Acción

Características

• Toma de control para hacer cambios, (suelen ponerse en situación victimista).

• Si los cambios se sostienen durante 6 meses, entrarían en la frase siguiente.

Estrategias: 

• Ofrecer apoyo.

• Ayudar a prepararse ante posibles problemas.

• Se debe ser realista.

FASE 4: Mantenimiento

Características

• Persiste una nueva conducta, que incluye la posibilidad de recaida.

• Dura entre 2 y 3 años, (la amenaza de caída disminuye al aumentar el tiempo de mantenimiento).

Estrategias:

• Ayudar a prepararse ante posibles problemas.

FASE 5: Recaída

Características 

• Retomar conductas previas, con sentimientos de fracaso, es decir, consumo más conductas asociadas a éste, no solo probar la droga en sí. 

Estrategias 

• Ayudarle a comprender los motivos de la recaida.

• Dar información sobre el proceso de cambio, personalizada.

• Facilitar la confianza en su capacidad de cambio.

• Ayudar a hacer planes para el próximo intento.

• Ofrecer apoyo cercano.

• Facilitar la facilidad de cambio. Los que se sienten derrotados precisan sensación de éxito, ya que el fracaso se refuerza a si mismo. 

Terapia Ocupacional, Intervención.

TRABAJOS DESDE LA TERAPIA OCUPACIONAL

Apenas existen trabajos disponibles en la literatura científica que refieran el trabajo de la Terapia Ocupacional en este campo, y ello a pesar de que las líneas de comprensión, investigación y tratamiento de las adicciones han virado en los últimos años hacia paraderos de sobra conocidos por esta disciplina.

Existen, por ejemplo, protocolos de trabajo (evaluación y tratamiento) en pacientes con daño frontocerebral que son desarrollados con éxito por la Terapia Ocupacional cuando ese daño es de origen traumático, vascular o tumoral, y que serían de enorme ayuda en la recuperación de la disfunción ejecutiva observada en los adictos a distintas sustancias.

MARCO TEÓRICO DE LA TERAPIA OCUPACIONAL EN LA REHABILITACIÓN DE ADICTOS:

La Terapia Ocupacional cuenta con varios modelos teóricos de referencia, potencialmente aplicables a la intervención en sujetos con problemas por uso de sustancias. De entre todos ellos, el primero que se conoce en España y que cuenta con bibliografía disponible en nuestro idioma es el Modelo de Ocupación Humana de Kielhofner.

El Modelo de Ocupación Humana parte de un marco conceptual de práctica que trata de identificar los aspectos interrelacionados de los cuales emerge y a partir de los que se mantiene la ocupación humana. Este modelo considera a los seres humanos como sistemas abiertos y dinámicos, que analizan los estímulos procedentes del entorno (físicos, sociales y culturales), elaboran la información recibida y a partir de ello organizan s conducta ocupacional. Define tres subsistemas internos de la persona:

1. Volición. Patrón de pensamientos acerca del propio ser como actor en el mundo. Esencialmente, los seres humanos tenemos la necesidad innata o intrínseca de actuar y es esa necesidad o motivación para participar en ocupaciones lo que nos guía a la hora de hacer elecciones. La volición implica un proceso continuo de elección consciente, dependiente de procesos cognitivos. Se construye a partir de varias dimensiones que la definen con más precisión: a) causalidad personal, autopercepción de capacidad según la experiencia personal, con dos elementos: conocimiento de la capacidad (habilidades y limitaciones) y sentido de la eficacia (sentido de control sobre nuestro comportamiento y sobre los resultados que queremos producir para ese comportamiento); b) valores: creencias o ideas que los individuos mantienen acerca de lo que es deseable, apropiado, bueno o malo, en su entorno cultural propio; estas creencias, en tanto que relevantes para el individuo, dirigen su conducta hacia metas, y c) intereses: disposiciones para encontrar placer y satisfacción en las ocupaciones y en el autoconocimiento de esas ocupaciones.

2. Habituación: la mayoría de nuestras acciones pertenece a un esquema de vida asumido como obvio. Consta de dos elementos que, en combinación, permiten una mayor adaptación, pues facilitan que las personas identifiquen una situación, ahorren energía y se comporten «automáticamente» según las expectativas, contribuyendo a la reafirmación de una determinada identidad al participar. a) Hábitos: tendencias adquiridas para responder y desempeñarse en ciertas formas constantes en ambientes o situaciones familiares; b) roles: concepto que emerge del reconocimiento de una identidad social particulares y de las obligaciones relacionadas personales junto con las consiguientes actitudes y comportamientos que conlleva.

3. Capacidad de desempeño son las habilidades de hacer cosas que dependen del estado de: a) los componentes objetivos físico (sistema musculoesquelético, sistema nervioso, sistema cardiopulmonar) y mental (habilidades de procesamiento, perceptivo-motoras y de interacción social), y b) la experiencia subjetiva. El ambiente (físico y social) y la cultura impactan en la persona, otorgando gran influencia en sus ocupaciones. Todos estos componentes se interrelacionan entre sí dando lugar al comportamiento ocupacional.

EL FUTURO DE LA TERAPIA OCUPACIONAL EN ADICCIONES

«La terapia ocupacional "antigua", debe ser superada en principios filosóficos y no quedarse en la anterior concepción de mero ejecutor de actividades, que cree que por hacer "cestos" va a mantener la mente ocupada del enfermo mental». (Madrid-Mazorra,2004).

Las conductas adictivas configuran una problemática compleja para los individuos y para quien convive con ellos. No puede hablarse ya de un «fenómeno relativamente reciente» y apelar reiteradamente a su «carácter cambiante». La investigación científica ha aportado ya sólidas bases para la comprensión, descripción, explicación y predicción de los trastornos adictivos.

Diversas disciplinas llevan ya varias décadas investigando y trabajando en la rehabilitación de las personas que padecen estos problemas. La Terapia Ocupacional es una de las que puede atestiguar una sólida aportación desde los inicios de la respuesta institucional al fenómeno de las adicciones.

Sin embargo, y a pesar del tiempo transcurrido y la experiencia acumulada, los profesionales de la Terapia Ocupacional nos sentimos, con excesiva frecuencia, mal comprendidos por los profesionales de otros campos. Se diría que no hemos sido capaces de transmitir la diferencia entre «mantener ocupado» y «trabajar científicamente la ocupación humana». El primer desafío es mostrar con absoluta claridad que la Terapia Ocupacional es una disciplina con sólida base científica, que cuenta con modelos comprehensivos aplicables a múltiples ámbitos de la disfuncionalidad, con instrumentos propios para la evaluación, el seguimiento y la estimación de resultados de la intervención, y con la capacidad de coordinarse con el resto de disciplinas en términos de equidad, de manera creativa y capaz de enriquecer el trabajo de los otros profesionales. El presente trabajo tiene como principal finalidad poner de manifiesto estas características implícitas a nuestro ámbito de conocimiento y acción.

Por otra parte, los más recientes hallazgos en torno a la adicción suponen la necesidad de reactivar la labor de la Terapia Ocupacional en cualquier programa de rehabilitación de personas adictas. El ámbito de las neurociencias (neurología y neuropsicología, principalmente) ha aportado evidencias sobre los sustratos cerebrales de la adicción lo que ha permitido reorientar las intervenciones de diversas disciplinas hacia objetivos neuropsicológicos (ver, por ejemplo, Lorea et al, 2005).

Este es el inmediato desafío para la Terapia Ocupacional. Sin embargo, nuestra disciplina tiene ya mucho recorrido en esta materia: la intervención sobre sujetos con daño cerebral desde la Terapia Ocupacional está suficientemente documentada. Contamos, además, con estudios que relacionan la ocupación humana con los sustratos neuropsicológicos que la fundamentan, e incluso con aplicaciones concretas al ámbito de las adicciones. Conceptualizada la adicción como un proceso de alteración neuropsicológica reversible, la aportación de la Terapia Ocupacional a las tareas rehabilitadoras adquiere una nueva dimensión y una relevancia incuestionable: el aporte de validez ecológica al resto de intervenciones encaminadas a la recuperación del adicto, considerado en su globalidad, como individuo activo en su ambiente real.

Según el Modelo Multiaxial Integrador de la Terapia Ocupacional la persona debe de llevar a cabo actividades que engloban un todo en la vida diaria. Reentrenarlas o establecerlas como pilares fundamentales para que se logre un cierto orden en la vida de la persona. Éstas actividades estarían relacionadas con:

  • Manejo del dinero
  • Tareas domésticas
  • Relaciones sociales
  • Formación
  • ABVD
  • Ocio/ cultura
  • Utilización de transporte
  • Convivencia
  • Trabajo
  • Aseo
  • Adaptación a los cambios socio-culturales
  • Adquisición de hábitos saludables (dieta, ejercicio físico etc,)

Ana Mª Pachón Torres, Terapeuta Ocupacional